El confinamiento y todas las medidas tomadas frente al coronavirus, fábricas cerradas, autopistas vacías y  calles absolutamente desérticas, han permitido paradójicamente que mientras la pandemia cause estragos en nuestra economía, beneficie exponencialmente el medio ambiente.

Y es que en nuestra capital, así como en todas las partes del mundo, “gracias” a este brusco parón que ha supuesto todas las actividades humanas, se ha hecho evidente la disminución de las producción industrial, la claridad de unas aguas más limpias y puras, y, a la vista está, la impresionante panorámica de unos cielos más claros.

Madrid mejora la calidad de su aire gracias a las medidas excepcionales del confinamiento

Esta crisis sanitaria, nos deja algunos efectos secundarios positivos dignos de reflexión. En china, la cuarentena por la pandemia logró reducir las emisiones hasta en un 25%. En toda Europa se esperan las mismas consecuencias positivas.

Y en Madrid es ya todo un hecho. Según el  portal web de la calidad del Aire del Ayuntamiento de Madrid, el índice de partículas de dióxido de nitrógeno es “Muy bueno”. Nada que ver con la cotidianidad de la capital en su vorágine habitual.

Según datos del consistorio, Madrid ha logrado reducir la contaminación atmosférica hasta en un 35% .

Y es que por primera vez, los niveles de contaminación en España se han desplomado cayendo a mínimos históricos, según un análisis de Greenpeace.

Esto se debe principalmente a dos cuestiones:

  • La primera es consecuencia de las medidas de confinamiento tomadas frente al coronavirus.
  • La segunda a la inestabilidad meteorológica de estos últimos días.

Si encontramos otro ejemplo palpable de las consecuencias positivas para el medio ambiente que ha supuesto este confinamiento, esa es la ciudad de Venecia. Las aguas turbias de sus canales han pasado a ser claras y cristalinas. El avistamiento de bancos de peces e incluso delfines, es una imagen absolutamente inédita para nuestras retinas.

Desde Vivienda Capital, queremos sacar el lado positivo y aprender, de ese lado bueno que a veces tienen las cosas más inhóspitas de la vida.

Porque con responsabilidad, solidaridad y empatía es posible, ahora más que nunca, quédate en tu casa.